Preámbulo y Alumbramiento

Preámbulo y Alumbramiento



Aquí nace este blog colectivo y abierto. Unos cuantos “atrevidos”, apasionados de la cultura en sentido amplio, lo ponen en marcha simplemente porque sí, porque todo camino empieza con un primer paso y porque alguien debe echar a andar un proyecto, sin más. Pero no se trata de inaugurar algo -que para cortar una cinta sobrarían gerifaltes voluntarios- sino más bien darle un primer empujón y que tenga continuidad. Los colaboradores iniciales quieren sólo promover e impulsar, no capitalizar este espacio. Lo ideal sería que el blog se nutriese con la aportación de muchos entusiastas que tienen algo que mostrar y se deciden a hacerlo, asumiendo y respetando la fórmula, la filosofía y los principios recogidos en el decálogo del blog. Ellos son los invitados a participar, ellos son los elegidos.

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viernes, 27 de junio de 2014

El Único ya es recuerdo

En efecto, hace unos días se ha derrumbado el viejo edificio donde estuvo establecido el conocido y concurrido merendero el Único, transformado en formidable restaurante al final de los años sesenta. Ubicado en un lugar bucólico, entre prados, choperas y rodeado de acequias de riego, se encontraba, no obstante, en plena civilización al lado mismo de la carretera de León a Madrid por Valladolid, en pleno Camino de Santiago, por lo que era paso obligado de peregrinos, caminantes y viajeros.

Durante años, en todo tiempo, pero sobre todo en las tardes de verano, uno de los paseos obligados era llegar hasta el Puente a tomar el airín del Esla y seguir, las más de las veces, hasta el Único, donde unos merendaban en serio, otros tomaban vino o cerveza con gaseosa y cacahuetes mientras se jugaba a la Rana. En fechas señaladas, en la pequeña explanada de la entrada al local, se hacían bailes de pareja con orquestinas de pueblo, que amenizaban el ambiente y alegraban el lugar. Un recuerdo especial para el patio trasero, lleno de enredaderas y flores, donde se hacían aquellos guateques juveniles de amigos y amigas al ritmo de un viejo tocadiscos y con el aliciente de un caldero de limonada a escote. El viejo mesón, merendero y restaurante, que se hizo famoso por la especialidad del jamón asado al horno, ya llevaba mucho tiempo sin funcionar, pero los que lo conocíamos de siempre teníamos la esperanza de que en cualquier momento volviera a abrir sus puertas y a ser la meta de los paseos de antaño. No ha sido así y nos queda la nostalgia, que es la memoria cuando se pone triste.




Texto: Félix Llorente

Foto: Toño Ceballos

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